Prisionera de tus tragos

Amor: “Sueño con entrar descalzo

al país que ocultas en tus senos.

Pienso en naufragar por todos tus deseos”

Miedo: “Una cortina de orugas heladas,

golpea mis puertas calmadas

y esclava de mis lamentos,

lloro y pregunto

por qué costará tanto

atrapar tu viento

Vierte en mis pétalos de hierro

la risa acaramelada del invierno

y recoge los pedazos que dejaste,

que rompiste,

que mataste….

Siempre con temor

a ser el arcángel sin voz

en las noches de tu infancia abrasante.

Amor: “Camino con el destino

de enredarme tras tu tacto de sirena,

persigo el afán perdido

de ser yo quien navegue

en tus mares de duras puertas costeras.

Una llama tormentosa,

nace en tu alma hermosa,

golpeando todas mis prisas calurosas

de hacer de tu boca un juego salvaje

en mis horas locas.

Siendo tú la que no espera,

eres tú, tu prisionera.

Prisionera de lujurias

que atraviesan penurias,

que ata sus propias cadenas

con el ansia de decir:

“que tus lunas de marfil se fueron en las noches de tu infancia lujuriosa y traicionera”.