Mi Eva

Ella vestía las mañanas de rocío,

de inocencia sus notas de voz,

de ternura eran sus abrazos y

de dulzura sus arrebatos.

Ella giraba en torno a mi mundo.

Era mi órbita y yo su constelación.

Jugábamos a teñir los días de aventuras

Y las noches de nanas de amor.

Tenía verdad en la mirada,

sus pisadas eran de nácar,

su sonrisa era cuna de sueños

Tenía gestos de niña.

Porque era niña y yo la Guardiana de sus miedos.

 

Éramos ella y yo.

Éramos Pangea, pero el Big Bang llegó.

Una mañana te desnudaste de Infancia

y te vestiste de Ego,

de egoísmo y egolatría.

Bestia adolescencia cubrió tu cuerpo.

Te maquillaste de delirios

Mi Eva.

Se calzó tacones de destierro.

Su mirada dibujaba lujuria,

el deseo salió al encuentro de sus caderas

y con manos vírgenes rompió el cielo.

Con orgullo en sus huellas

y melena hambrienta sacudió al viento.

Se convirtió en meteorito y destruyó el universo.

La adolescencia se apoderó de su vuelo.

Ahora camina con miedos

y destruye como un huracán hasta sus destellos.

 

Bella niña, te estaré esperando

como quien espera enero.

Seguiré siendo tu guardián en las sombras.

Esperaré tu regreso para curar

con mi luz tus desconsuelos.

Te sanaré las alas

y reconstruiré tu firmamento.

Te quitaré los miedos

esos que tanto te espantas,

esos que ahogan tus sueños.