Atmósfera

 

Inocencia: Das permiso al planeta para hacerte daño, no eres dueño de la
tierra por lo que evitas expresar llanto. Confiesas tus secretos sin esperar nada
a cambio y cambio recibes reproches del que te dio en su día tanto.

Planeta: Inocente fantasma niña de la soledad haber cuando aprendes a volar
sin confesar, sin confesar que tienes miedo de no volverte a levantar, de no ser
fuerte en la caída, de ver océano si mar. Inocente fantasma niña de la soledad,
no has sido feliz en mi manto y te lo van a recordar. Cada día será uno nuevo,
eso dices al soñar, al abrir los ojos contemplas tu vida y la comparas con los
demás.

Inocencia: No es tan mala- afirma mi subconsciente cobijándose en la
conformidad-

Planeta: El resto mientras te grita que su burbuja jamás fue de cristal.

Inocencia: Disculpe dueño de la alegría, la mía tiene arañazos, símbolos de
debilidad. Golpes, insultos y harapos, brechas que por Eirene juraré cerrar. La
vida no regala lazos, regala telas con las que crear, pero olvido hacerlas con un
tejido especial.

Planeta: En el rincón de esta almohada quiero encontrarte con voz y que grites
a los cuatro vientos que las frases de cualquiera no te dejarán sin sol. Vuelve
estrella a ser brillante, vuelve canto de tambor, vuelve a decirme desde marte
que allí el infierno es amor y…

Inocencia: Y así quizá los que viven en la tierra aprendiesen que en
el infierno, aquí abajo donde vivo yo, el fuego mata y abrasa sin compasión.

Planeta: Entendiste la moraleja. Ahora ponla en acción