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Ayna, el lugar de las Fuentes Escondidas 

Dedicado a Ayna, la Suiza Manchega de Albacete. Gracias Ana por descubrirme este manantial de poesía.

 

El lugar de las fuentes escondidas donde las calles estrechas te llevan a rincones de vida.

Sus esquinas tienen canto de libertad,

el eco de sus montañas recuerda que la belleza existe y que allí jamás se apagará.

Es manantial de poesía, una mezcla secreta de atrevimiento sin cortesía.

Por amistad lleva su segundo nombre

y por antorcha el fluvial de sus cuevas encendidas.

No hay diminutivos que expliquen la magia y fortuna

de haberte tenido entre mis dedos.

El cielo gritaba locura y los barrancos silencios.

Fuiste puente sin ataduras en un páramo donde el amanecer se escapa

si se compara con el valle anclado de tus sueños.

Fuiste mañana con vistas al “Mundo” porque el caudal de tu río es oasis de caricias.

Fuiste tarde de bellas paradas, con fuertes caídas y grandes pisadas.

Fuiste noche, como ninguna, con la fuerza de un huracán de furiosa espuma.

La Suiza Manchega de noches errantes.

Eres orilla de planes fugaces, salvación plena en momentos cobardes,

madrugadas de bailes extraños en ocultos lugares.

Tus calles son refugio mecido en el manto de tus lunares.

Dulce Tesoro del suroeste, el viento de suave libertad siempre guardaré en mi mente.

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